La mente tiene tres áreas de manifestación o dimensiones.
La que más conocemos es la dimensión consciente o estado de vigilia.
Ese es el estado en que funcionamos en la vida cotidiana. Durante la vigilia somos consciente de nuestro cuerpo físico y nos relacionamos con el mundo exterior a través de los cinco sentidos. Procesamos la información que nos suministran los sentidos mediante las cuatro facultades de la mente.
La segunda dimensión es el nivel subconsciente, que se corresponde del estado de sueño con ensueño. Mientras habitamos este plano, todas las noches perdemos la conciencia del cuerpo físico y nuestros sentidos se desconectan. Pero la mente sigue activa, utilizando el material almacenado en la memoria. Nos identificamos con los sueños y los experimentamos como reales: la mayoría de estos sueños son producto de nuestros condicionamientos y representan una válvula de escape y digestión para nuestras tensiones internas y contradicciones.
El nivel inconsciente es la tercera dimensión de la mente y está relacionado con el estado de sueño profundo. Cuando entramos en ese nivel ignoramos por completo nuestra existencia. La conciencia se desconecta del cuerpo físico y de la mente. Al no haber ninguna actividad mental vivimos en un estado de completa beatitud del cual no recordamos nada al despertar. Solo nos queda una magnífica sensación de recuperación y descanso.
La vía de la meditación yóguica es un viaje a través de estas tres dimensiones. Comenzamos en la dimensión conciente desarrollando la atención y relajación.
Después penetramos en el nivel subconsciente, encontrándonos con todo tipo de material almacenado en la memoria: Es entonces cuando tenemos la oportunidad de procesar nuestros condicionamientos y contradicciones para conseguir la purificación mental. Una vez realizada la purificación de nuestros contenidos mentales, se produce la inmersión en la dimensión inconsciente. Pero a diferencia de lo que sucede durante el sueño profundo en el proceso meditativo la conciencia permanece activa.
Mientras que las mentes conscientes y subconscientes tienen un carácter individual, el nivel inconsciente es colectivo y podemos identificarlo con la mente universal, donde esta incluida toda la información acerca del universo y de la existencia. En el estado de meditación, la mente individual se reintegra a la mente universal, donde adquiere y realiza todo su potencial . La consumación de la meditación es la armonización e integración de los tres niveles de la mente y se denomina también estado de Turiya. Turiya significa cuarto estado o dimensión trascendental. Es un estado más allá de la mente y no es posible definirlo con el intelecto. Ese estado representa la culminación del perfeccionamiento del ser humano.
Swami Digambar.
